El Papa siguió su práctica habitual de no nombrar a Rusia como agresor, sino que oró por los heridos y los afligidos, y por el regreso de los cautivos en ambos lados.
El Papa siguió su práctica habitual de no nombrar a Rusia como agresor, sino que oró por los heridos y los afligidos, y por el regreso de los cautivos en ambos lados.