Los estilos de vida privilegiados de los ricos impulsan las crisis del agua urbana: un estudio

Las piscinas y el riego de jardines requieren grandes cantidades de agua.

Tom Merton | foto de ojo imágenes falsas

El consumo insostenible de los ricos, incluido el uso de piscinas, el riego de jardines y el lavado de automóviles, es uno de los principales impulsores de las crisis de agua urbana, según un nuevo estudio que pide un nuevo enfoque para abordar el problema.

La investigación reseñada en la revista Nature Sustainability se publicó esta semana en Ciudad del Cabo, Sudáfrica, que ha experimentado una grave sequía en los últimos años.

Para el estudio, los investigadores dividieron la población urbana de Ciudad del Cabo en cinco grupos sociales y luego modelaron el consumo de agua.

“Aunque representan solo el 1,4% y el 12,3% de la población total, respectivamente, la élite y los grupos de ingresos medios-altos en conjunto consumen más de la mitad (51%) del agua que consume toda la ciudad”, señalaron.

“Los residentes informales y las familias de bajos ingresos juntos constituyen el 61,5 % de la población de Ciudad del Cabo, pero consumen solo el 27,3 % del agua de la ciudad”.

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Según el análisis, las consecuencias de este desequilibrio son nefastas.

“En general, estos hallazgos respaldan el argumento de que es probable que el consumo doméstico de agua en áreas urbanas desiguales como Ciudad del Cabo se vuelva insostenible como resultado del consumo excesivo entre los grupos sociales privilegiados”, dice el informe.

“Específicamente, el consumo de agua premium es insostenible porque, en el corto plazo, utiliza de manera desproporcionada el agua disponible para todos los residentes urbanos”.

A largo plazo, el informe describió lo que llamó consumo premium como una amenaza ambiental para el estado de las fuentes de agua locales.

El resumen del informe dice que Ciudad del Cabo, con su “área urbana altamente desigual”, sirvió como “un ejemplo para ilustrar cómo el uso insostenible del agua por parte de la élite puede exacerbar las crisis de agua urbana al menos tanto como el cambio climático o el crecimiento de la población”. .

El estudio, dirigido por Elisa Saveli de la Universidad de Uppsala en Suecia, propone un nuevo enfoque para la conservación del agua centrado en “cambiar distintos estilos de vida, reducir el uso de agua en los servicios públicos y redistribuir los ingresos y los recursos hídricos de manera más uniforme”.

La investigación se produce cuando el acceso al agua continúa dominando los titulares. Según las Naciones Unidas, 2 mil millones de personas no tenían acceso a servicios de agua potable gestionados de forma segura en 2020.

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Hannah Cloke es hidróloga de la Universidad de Reading en el Reino Unido y fue coautora del estudio.

“Hemos demostrado que la desigualdad social es el mayor problema de los pobres para obtener agua para sus necesidades diarias”, dijo en un comunicado.

Más de 80 ciudades importantes de todo el mundo han experimentado escasez de agua en las últimas décadas, dijo, y agregó que el estudio destaca cómo la crisis “podría empeorar a medida que aumenta la brecha entre ricos y pobres en muchas partes del mundo”.

“Esto ilustra los estrechos vínculos entre la desigualdad social, económica y ambiental. En última instancia, todos sufrirán las consecuencias a menos que desarrollemos formas más justas de compartir el agua en las ciudades”, agregó.